martes, 19 de enero de 2010

We shall Overcome

"Lo perverso del capitalismo es tan real como son perversos el militarismo y el racismo”.   
                                                                              Martin Luther King, Jr.

Hoy caminé varias horas por la ciudad. Aunque a temperatura agradable (50 grados) ya mis pasos eran lentos. Me detuve a tomar café en el Brazilian Bar. Música y ambiente agradable, lugar muy acogedor. No era el Fogo De Chao ni el Sambuca Jazz Café en la Piedmont, pero servian buen café, un arroz con habichuelas y trocitos de carne salteados con pimientos verdes y cebolla para chuparse los dedos… Y ella. Después de un rato…aquella prieta alta y delgada de ojos ambarinos (me temo que lentes de contacto) y de caderas de desfile de carnaval del Río preguntó, cuenta en mano como boleto de feria: tudo bem? Yo, entre inglés goleta y portugués del que hablamos en el Espino contesté: Yes…, eh, eh… Obrigado. Mi secreta intención era arrodillarme a besar la mano de aquella diosa de ébano… ¡Que me miraba! Y después... Porque todos creemos que todavía… Pero Rosin le ha cortado alas a este animal ponzoñoso. Pagué y …seguí mi camino. Llegué hasta la Auburn Avenue, 501, NE, la casa victoriana de dos pisos donde nació, el 15 de enero de 1929, el pastor baptista líder de los derechos civíles de los afroamericanos. La visito por segunda vez. Como en la primera vuelve a embargarme la emoción. A unos pasos, el monumento histórico nacional dedicado a su memoria y legado: The King Center. Si van por Atlanta, visita obligada. Al regresar en la noche, casi en la frontera al norte de Georgia, después del necesario aseo (y agotado por el cansancio), al intentar escribir unas notas para ustedes recordé que el amigo Luis Rivera Pagán había escrito en 1968, desde la entonces capital checoslovaca, una nota titulada: Martin Luther King Jr: Una memoria entre Praga y San Juan. Podía hacer mis gestiones por correo electrónico, pensé. Y en el viaje a Atlanta había conseguido fotos y algunos discursos de King. Así que, aunque lo propio en el blog es que yo escriba, me permito por esta vez hacerme y hacerles el regalo de publicar extractos de algunas de las mencionadas notas… Y de fondo: dos videos. En una parte de su nota, Luis se refiere a la visita de King a Puerto Rico. Luis escribe esta nota al recibir, en Praga, la noticia del asesinato, el 4 de abril de 1968.

Extracto/ Martin Luther King: Una memoria entre Praga y San Juan

[…en otra de las actividades de King en agosto de 1965, en Puerto Rico, comenzó a marcar una decisiva y definitiva ruptura con las autoridades políticas de su país, la cual inflamaría el encono y la hostilidad de los sectores más nacionalistas de los Estados Unidos y culminaría, desde la perspectiva del 4 de abril de 1968, en su martirio. Me refiero a una charla que dictó esa segunda semana de agosto de 1965 en el Seminario Evangélico de Puerto Rico. Esa plática fue una de las primeras ocasiones en que King comenzó a tejer una crítica honda y radical a las acciones militares norteamericanas en Vietnam, cuando todavía la mayor parte del pueblo estadounidense las apoyaba. Para la mayoría de quienes estuvimos presentes esa mañana en la capilla del Seminario Evangélico las palabras de King fueron una sorpresa. Esperábamos que hablase sobre la lucha de los derechos civiles de los afroamericanos, de las hondas desigualdades socioeconómicas al interior de su nación y de la desobediencia civil como estrategia de resistencia y lucha. El tema eje, sin embargo, fue otro: Vietnam. Esbozó unos argumentos críticos que madurarían posteriormente en su famoso discurso del 4 de abril de 1967 en la Iglesia Riverside de Nueva York (en mi opinión, su discurso/ sermón de mayor profundidad y alcance). A saber: en la guerra de Vietnam los Estados Unidos se aliaban con los sectores más represivos y reaccionarios de esa nación asiática, sus acciones militares infligían un gran daño a la población civil vietnamita, laceraban el prestigio norteamericano y conllevaban un sacrificio humano considerable precisamente de los sectores sociales estadounidenses que preocupaban prioritariamente a King, negros y pobres. Cuestionado y disputado fuertemente en la sesión de preguntas y respuestas, King respondió con mucho ánimo, revelando, al menos para el oyente alerta, que en el agudo conflicto vietnamita, sus simpatías se inclinaban a la lucha de ese pueblo por su reunificación nacional y liberación de todo dominio imperial foráneo. Ya no había vuelta atrás. El gran predicador afroamericano se convertiría en uno de los portavoces de la resistencia de diversos sectores de la nación norteamericana a las acciones militares de su nación en Vietnam. Y uno de los primeros lugares donde se asomó públicamente esa postura crítica fue en agosto de 1965, en San Juan de Puerto Rico.]

Extracto/ partes/… del discurso/sermón pronunciado por el Dr. Martin Luther King el 4 de abril de 1967, en la Iglesia Riverside de la ciudad de Nueva York. Mis disculpas por cualquier error involuntario en la traducción.

«Se me ocurre que a lo que estamos sometiendo a nuestros soldados en Vietnam no es simplemente al proceso brutal que ocurre en toda guerra, dónde los ejércitos se enfrentan y buscan destruir. Estamos añadiendo cinismo al proceso de morir, porque después de un corto plazo ellos deben saber que las razones por las cuales alegamos estar peleando no tienen nada que ver con esto. Ellos tienen que saber que su gobierno los ha enviado a meterse en una lucha entre vietnamitas, y los más sofisticados seguramente se darán cuenta que estamos del lado de los acaudalados y seguros, mientras creamos un infierno para los pobres. De alguna manera esta locura tiene que terminar. Si continuamos, en mi mente y en la del mundo, no quedará ninguna duda de que no tenemos intenciones honestas en Vietnam. Quedará muy claro que por lo menos esperamos ocuparla como una colonia estadounidense. Todo exige que admitamos que desde el principio hemos estado equivocados en nuestra aventura en Vietnam. Mientras tanto, nosotros en las iglesias y sinagogas tenemos una tarea continua, mientras instamos a nuestro gobierno a retirarse de un compromiso vergonzoso. Tenemos que seguir levantado nuestras voces si nuestra nación insiste en su camino perverso en Vietnam. Debemos estar preparados para respaldar nuestras palabras con acciones al buscar todos los medios posibles de protesta creativa. La guerra en Vietnam no es más que un síntoma de un mal mucho más profundo en el espíritu estadounidense. Pensar así nos lleva más allá de Vietnam. Estoy convencido de que si nos ponemos del lado correcto de la revolución mundial, nosotros como nación tendremos que sufrir una revolución radical de valores… Tenemos que comenzar con urgencia el cambio de una sociedad “orientada hacia las cosas” a una sociedad “orientada hacia las personas”. …Revolución… que pronto nos haga cuestionar lo equitativo y justo de muchas de nuestras políticas pasadas y actuales. Una nación que año tras año se gasta más dinero en defensa militar que en programas de mejoramiento social va hacia la muerte espiritual. Estados Unidos de América, la nación más rica y poderosa de la tierra, es capaz de estar a la vanguardia de esta revolución… No hay nada, aparte de un trágico deseo de muerte, que nos impida reordenar nuestras prioridades de manera que la búsqueda de la paz tome precedencia sobre la búsqueda de la guerra. Hoy nuestra única esperanza reside en nuestra capacidad de volver a capturar nuestro espíritu revolucionario y salir a un mundo, a veces hostil, declarando nuestra enemistad eterna con la pobreza, el racismo y el militarismo. Con este compromiso poderoso enfrentaremos de manera audaz al status quo y las convenciones injustas, y rápidamente nos acercaremos al día en que “todo valle será realzado, y toda montaña y monte será emparejado, y lo torcido será enderezado y los lugares ásperos se allanarán”».

Vídeos de fondo:


Maarten Luther King & Diana Ross - We shall overcome


¿Quién mató a Martin Luther King?

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