sábado, 30 de enero de 2010

Metáfora de lo posible II

Sigamos con el 1971. Se necesitaba con urgencia un catalizador. Surgió. El acto de desobediencia civil y encarcelamiento de los trece (así los llamó la prensa) colocaba el tema de la subordinación política sobre el tapete, aquí y en los Estados Unidos. Las maniobras militares de la marina de guerra, su presencia y la de otras ramas del poderío militar estadounidense en suelo boricua, era de las más burdas manifestaciones del coloniaje. Los anexionistas, que habían ganado las elecciones de 1968 y recién ostentaban la administración gubernamental, actuaban con obstinada torpeza; las violentas batallas en la universidad y los alrededores del Recinto Universitario de Río Piedras contra la presencia del ROTC, la lucha contra el servicio militar obligatorio y la guerra de Vietnam (entre 1965 y 1970 el gobierno estadounidense incrementó sustancialmente los gastos militares y el envío de hombres a esta guerra) obligaba a una lucha sin tregua entre dos polos antagónicos en estos y tantos otros asuntos, independentistas versus anexionistas. El ambiente político en la isla estaba mucho más tenso por aquellos días. Se corría el rumor de que podrían trasladar a Rubén Berríos y los compañeros a una cárcel federal. El 21 de febrero miles de puertorriqueños nos reunimos frente al Oso Blanco y de ese día en adelante militantes independentistas procedentes de toda la isla nos turnábamos para mantener una vigilia permanente allí, frente al presidio. Varias veces al día se veía asomar el brazo de Rubén por entre los barrotes de la ventana de su celda saludando puño cerrado en alto. Poco tiempo después Rubén escribiría al pueblo puertorriqueño una Carta desde la cárcel que comenzaba diciendo: “Nunca pensé que en la cárcel habría golondrinas. Las vi el primer día. Entraban y salían libres…” Y terminaba: “Pero aún aquí nosotros somos más libres que muchos allá, porque sentimos el instinto de resignación y no nos resignamos, porque luchamos por la libertad, porque sabemos que somos esclavos y no queremos ser esclavos. ¡Puertorriqueños, todos estamos en prisión!”. Al campamento se unía en las noches un grupo de jóvenes estudiantes y profesores que aumentaba significativamente con cada día que pasaba. La acción de Rubén y los compañeros abrió un camino que identificaba al PIP con otros sectores del pueblo. Y se inició con la juventud un auténtico proceso de acercamiento. “¡Cuántas luchas se fraguaron al calor del debate estudiantil!”. (Los jóvenes de 18 años votarían por primera vez en las elecciones del 1972) Se lograba alcanzar ciertos nexos, cierta concertación con las exigencias sociopolíticas de unos jóvenes que aunque también se diferenciaban entre ellos por sus situaciones económicas, por su origen social, asumían posturas comunes, posturas generacionales que marcaban su comportamiento grupal, su reacción al “sistema de cosas”. Y de la juventud, los estudiantes… El sector estudiantil suele irrumpir con más beligerancia en la trama político-social. Por tanto, “el movimiento juvenil –irreverente como es- suele rebelarse contra el orden, y por medios no convencionales –a veces con violencia- se enfrenta, responde al sistema". La juventud es por lo general más audaz, fuerza de la que no puede prescindir ningún proyecto político… “sería caminar sin rumbo, sin futuro”. El 11 de marzo (recordemos que en 1970 Antonia Martínez había sido asesinada por la policía al entrar la fuerza de choque al Recinto, y que días después marinos estadounidenses son atacados en San Juan y uno muere), tres semanas después del encarcelamiento de los trece la policía estatal vuelve a entrar al Recinto Universitario de Río Piedras a petición de las autoridades universitarias a intervenir en la confrontación entre estudiantes independentistas y cadetes del ROTC. El Partido Nuevo Progresista estimulaba abiertamente y con vehemencia el militarismo en momentos en que los jóvenes asumían una posición más antimilitarista. Tres personas mueren ese día, esta vez dos policías y un cadete (el comandante de la Fuerza de Choque, Juan B. Mercado, el sargento de la policía, Miguel Rosario Rondón y el cadete del ROTC, Jacinto Gutiérrez), y más de sesenta estudiantes resultan heridos. La ciudad de Río Piedras se convierte en zona de guerra: gases lacrimógenos, tiros, barricadas, vitrinas destrozadas, autos quemados… En un dramático mensaje a todo el país, el gobernador anexionista, Luis A. Ferré, culpa a las fuerzas independentistas por lo ocurrido librando de toda responsabilidad a las autoridades universitarias, los cadetes del ROTC y la Guardia Universitaria, contribuyendo a encender aún más la histeria. La derecha anexionista (compuesta por penepés, policías y exilados cubanos en la llamada Hermandad Anti-Comunista de Puerto Rico) desata desde ese día una fuerte ola de represión contra el independentismo: Comités del PIP y Misiones del MPI son quemados o tiroteados (entre ellos el comité Nacional del PIP en Río Piedras que fue tiroteado con un arma de alto poder), hogares, autos y comercios de conocidos independentistas (entre otros, la Farmacia Domus del Dr. José Milton Soltero y la Librería La Tertulia fueron incendiadas) son atacados con cócteles Molotov. Cientos de simpatizantes y militantes independentistas, y organizadores obreros, son hostigados o arrestados por agentes de la policía en sus centros de trabajo, en las noches de camino a sus hogares, en colectas, pasquinadas en sitios públicos o repartición de propaganda en cruces de calles. Este recrudecimiento de la represión y persecución por motivos políticos lo explican entre otros los siguientes factores: la llegada al poder del partido anexionista, el auge y trabajo de las fuerzas independentistas, su radicalización y antiimperialismo, y la agudización de las contradicciones de un sistema que sólo beneficia a los ricos y oprime al trabajador y al que menos tiene.

El 3 de mayo miles de independentistas reciben frente al Oso Blanco al Presidente del Partido Independentista Puertorriqueño, Rubén Berríos Martínez, y a los demás presos políticos, al cumplir la sentencia impuesta por el Tribunal Federal.
Y de ahí el recorrer por toda la isla, cada rincón… Pero de esto y otras cosas les hablo luego.

8 comentarios:

  1. Hermano muchas gracias por tus reflexiones pues estimulan a los que ya vamos por la empinada mitad de la marcha. Un abrazo, Michael

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  2. Eres un gran narrador. Me transportas.
    Te sigo queriendo.

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  3. El sólo hecho de que compañeros como tu y el amigo Michael sean seguidores del blog y estimen valiosa mi modesta aportación a valido la pena. Recién se ha unido gente que valoro y estimo, TJ,7mares, Carlos... Bienvenidos y a opinar y aumentar el número de lectores a los que lleguemos.

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  4. Durante esos momentos... otros anteriores y otros depués se ha hecho la PATRIA.Durante esa década ya yo estaba en la Policía de P.R.y estudiaba en la universidad, mis compañeros de universidad ,sin saber mi afiliación me decían - Goyo estamos escribiendo la historio...

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  5. Goyo, me alegra mucho el que este vuelo por aquellos años remonte en tus vivencias. La historia la vamos escribiendo todos, es un honor contarte entre los seguidores del blog. En los próximos días seguiré con este vuelo de la memoria... ¡Que generación!

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  6. Exito y mis respetos, sabes que cuentas conmigo. Dios te bendiga.

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  7. Si los que tienen el regalo de la prosa; del recuerdo siempre eterno; del patriotismo descarado; de la lealtad a una patria viva, siempre bella y cautiva, callan...que pobre ha de ser la herencia de los que un día busquen lo duro y difícil (pero militante) de sus padres. Los gringos se ufanan de buscar entre ellos descendientes directos de revolucionarios americanos, cuando en realidad la gran mayoría desciende de colonialistas contentos. Guárdate este escrito Tomás y todos los que puedas preservar. No para que tus nietos y biznietos se guillen de ser herederos de patriotas, sino para que digan orgullosos que los Vargas no tuvieron vocación de sátrapas, sino de hombres libres leales a la libertad. Y ante esa verdad, lo que los escuchen bajen la cabeza.

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  8. Gracias amigo, no tengo palabras. Te agradezco de corazón.

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