La bestialidad no asombre/ de aquellos que nos agobian,/ pues resulta cosa obvia/ que el gorila no es un hombre.
Meri Franco-Lao (motivo musical de Se va el caimán)
El crítico, pintor y periodista Elías Condal, ya nos señalaba en 1968 que “la lucha de clases asume simbólicamente un nivel antropológico o zoológico: la contraposición de gorilas y humanos”. Los dramáticos sucesos de ayer al caer la tarde, al interior, las afueras y alrededores del Zoológico de Puerta de tierra, otrora conocido por los puertorriqueños como la casa de las leyes, corroboran de forma inequívoca la veracidad de lo señalado. Estos gorilas, fuerza armada al servicio de los de arriba -que son los que mandan y auto-proclaman ser la bendición de dios- dirigidos por el torpe primate, a cargo temporalmente, que responde, aunque con marcada dificultad en su articulación vocal (aún sin el guineo en la boca), al nombre de Figueroa Sancha, ven y tratan a todo humano que reclame y defienda derechos del pueblo, particularmente si lleva camiseta del Che, Rosa Parks, Bob Marley u Homero Simpson –para ellos lo mismo da-, como "escupitajo del diablo”. Muestran gran dificultad para la comprensión o interpretación de cualquier acontecimiento político-social que amerite ser evaluado sobre la base de algún conocimiento o experiencia de la sociología humana. Sin embargo, debo aceptar y reconocer que, su paladar ha evolucionado: variado, refinado y selecto. Según Carlos del Peral en su Manual del gorila, de entre los platos preferidos por estos podemos mencionar los siguientes: Pierna de guerrillero (o facsímile razonable) a la tártara/ Editor frito/ Diario del Che o Puerto Rico Nación independiente, Imperativo del Siglo XXI (añadido reciente como plato de la casa) a la maître de la Maison Blanche/ Periodista allo spiedo/ Universitario grillé aux champignons.
Hora de tomar partido. Con el deliberado propósito de levantar un poco de polvo del camino, dos lecciones aprendidas hace cuarenta y pico de años que a su vez comparto con los editores del pensamiento de Elías Condal, en Imagen estructural del gorila: Reconocer la forma e ignorar el fondo significaría colocarse en la condición misma del sujeto mencionado, ...el gorila. Por ende, dada la penetración del pensamiento de los propulsores y sostenedores del actual estado de cosas en Puerto Rico en el ámbito educativo, los medios de comunicación, la cultura y valores de la sociedad de hoy, la vida familiar, el rol de los trabajadores; consecuencia en unos casos del gorilismo, embrión de gorilismo en otros: Quien se autodenomine apolítico, si no es todavía un gorila va rápidamente en camino de serlo.
Si algo tenemos en común entre otras cosas, es el constante regreso al lugar donde las garzas parlotean sobre los lomos de las vacas y su despegue cotiniano al infinito. Ese que hemos buscado, tú en la ciudad... yo, (más temeraria quizás) "cruzando el charco".
ResponderEliminarYa que nos enseñaron a volar rompiendo limitaciones impuestas (y adquiridas), continuemos hacia el final... ¡Hasta que la cotidianeidad nos obligue a despedirnos y a abandonar todo definitivamente!
Un abrazo lleno de recuerdos,
Irely